Cueva de Montesinos

Cuando a Miguel de Cervantes se le ocurrió detener a Don Quijote de la Mancha en una pequeña oquedad junto a las Lagunas de Ruidera hace ya más de cuatro siglos, cambió la vida de esta desconocida cueva y se hizo universal.
Lugar de peregrinación de todos los amantes de la obra de Cervantes
La cueva paso de ser un simple refugio que usaban los arrieros de la zona a ser un lugar de culto para los millones de lectores de la genial obra.
Esta situada a 5 kilómetros de Ossa de Montiel y a 14 de Ruidera, es una pequeña cavidad kárstica de muy poca profundidad generada por los procesos de disolución que las aguas de lluevia han originado en el roquedo de la zona.
En su interior existe una pequeña charca y unos techos desprovistos de estalactitas. Grandes bloques de piedra obstruyen parcialente la entrada, pero quedando espacio suficiente para adentrarse en el recinto subterráneo..
Próxima al umbral, a la izquierda, está la oquedad "portal" que en otros tiempos servia a los arrieros para guarecerse. A partir de la mitad de la cavidad aparece la zona más amplia conocida como "La Gran Sala".